En el día de hoy diez de enero 2008 ha sucedido un hecho, que para mi modesto entender está cargado de significado, significado negativo.
Como decía, hoy se ha procedido a la tala del pino de la familia de las Araucaria, el Pino Araucana, una especie de pino que puede medir cuarenta metros y muy resistente. El árbol en cuestión estaba ubicado en el mal llamado jardín de la Casita de Campo, pues aquello ni es jardín ni se le parece. Sin temor a equivocarme era centenario y todos sin excepción lo hemos contemplado durante nuestra existencia, se erigía de manera majestuosa, dando una vistosidad a lo lejos a la entrada sur del pueblo. Su tala al parecer según fuentes municipales, era necesaria ya que existía grave riesgo de caída con el consiguiente peligro, hasta aquí todo correcto, todo en esta vida tiene su fin.
Ahora bien, reflexionemos. ¿Se podía haber salvado dicho árbol? ¿Se tomaron medias o al menos se intentaron para su saneamiento? ¿Por parte de nuestros dirigentes, se preocuparon del tema?
Cuento todo ello, porqué la tala del pino, debe hacernos reflexionar, hoy el pino, ¿por qué no mañana la Casita de Campo? Todos sabemos y a la vista está que más abandonada imposible, que venimos oyendo desde hace mucho tiempo, que en breve, se rehabilitará, que pasará a propiedad pública y nos siguen vendiendo humo, a todo ello la Casita deteriorándose y cada vez mas ruinosa, si se cae, podemos estar seguro que no la levantarán.
Por eso he querido titular el principio del fin, el comienzo de la destrucción de nuestro símbolo más emblemático, prácticamente el único. Si eso sucede… LOS TESORILLEROS NO TENDRÍAMOS PERDÓN.
Como decía, hoy se ha procedido a la tala del pino de la familia de las Araucaria, el Pino Araucana, una especie de pino que puede medir cuarenta metros y muy resistente. El árbol en cuestión estaba ubicado en el mal llamado jardín de la Casita de Campo, pues aquello ni es jardín ni se le parece. Sin temor a equivocarme era centenario y todos sin excepción lo hemos contemplado durante nuestra existencia, se erigía de manera majestuosa, dando una vistosidad a lo lejos a la entrada sur del pueblo. Su tala al parecer según fuentes municipales, era necesaria ya que existía grave riesgo de caída con el consiguiente peligro, hasta aquí todo correcto, todo en esta vida tiene su fin.
Ahora bien, reflexionemos. ¿Se podía haber salvado dicho árbol? ¿Se tomaron medias o al menos se intentaron para su saneamiento? ¿Por parte de nuestros dirigentes, se preocuparon del tema?
Cuento todo ello, porqué la tala del pino, debe hacernos reflexionar, hoy el pino, ¿por qué no mañana la Casita de Campo? Todos sabemos y a la vista está que más abandonada imposible, que venimos oyendo desde hace mucho tiempo, que en breve, se rehabilitará, que pasará a propiedad pública y nos siguen vendiendo humo, a todo ello la Casita deteriorándose y cada vez mas ruinosa, si se cae, podemos estar seguro que no la levantarán.
Por eso he querido titular el principio del fin, el comienzo de la destrucción de nuestro símbolo más emblemático, prácticamente el único. Si eso sucede… LOS TESORILLEROS NO TENDRÍAMOS PERDÓN.
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